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EL ESPLENDOR DE LO HUMANO, día 7: EL SINTETIZADOR

El Sintetizador responde, en nuestra estructura, a todos los qué de las cosas. Dejamos esta estructura de última porque, entre todas, es la que más se relaciona con las demás. Es la responsable del pensamiento y de todo lo relativo a ese proceso. Su finalidad básica es el desarrollo y su función trascendente es la claridad. Su funcionamiento acertado o su disfuncionamiento es lo que más se percibe en todos nosotros: cuando funciona como está concebida para hacerlo, transmite una sensación personal y también perceptible por los demás de inteligencia, de claridad y de diafanidad. Si no funciona transmite una sensación de confusión, de espesura, de oscuridad.

Estructura MAT de personalidad - Preciada Azancot

Estructura MAT de personalidad – Preciada Azancot

El desarrollo, en el MAT, significa más y mejor de cualquier cosa. No significa otra cosa ( por transformación –Transformador- o cambio –Orientador ) sino la misma cosa mejorada, agrandada, multiplicada o restada y dividida. Es un movimiento de penetración, de ahondamiento, tanto horizontal como vertical. Es lineal y recto tanto en abscisa como en ordenada. No tiene saltos de dimensiones como el Transformador o el Orientador.

¿Qué hace el Sintetizador?
– El Sintetizador selecciona: todos los datos provenientes de las cinco restantes estructuras son recogidos por el Sintetizador, que va a seleccionar los que parecen más relevantes para su conservación.
Nosotros, en nuestra labor formativa, entregamos información relevante sobre la estructura de personalidad y sobre su ingeniería emocional para que sea seleccionada y así ampliar el conocimiento de nuestro potencial innato instalado. Y ocurre que la visión que cada uno tiene sobre sí mismo y sobre los demás se expande, permitiendo así que surja el amor por sí mismo y por el otro al valorar y cuidar nuestro patrimonio inalienable.
En nuestra labor consultora enseñamos a seleccionar los datos provenientes de cada una de nuestras estructuras, ya sea personal u organizacional. Y esto representa un gran ensanchamiento del campo de conocimiento de todos, pues antes sólo se seleccionaban estímulos del Rector y del Sintetizador y el ser humano, en la empresa, era bidimensional. Al seleccionar datos de las seis estructuras, se hace retroceder la noción de iceberg que presentaba la punta “racional” ( es decir datos racionales del Sintetizador y normas del Rector) y ocultaba la masa de las cuatro sextas partes (lazos del Protector, sensaciones y emociones del Vitalizador, ideas innovadoras del Transformador y experiencias visionarias y trascendentes del Orientador) que eran descalificadas por “subjetivas, irracionales e inmanejables”. La visión cambia y se consideran como tesoros de la misma importancia los datos provenientes de las seis estructuras. El sentimiento de potencia y de control sobre la realidad se desarrolla así. Es nuestra manera de innovar en gestión del conocimiento.
No es necesario insistir sobre la estrecha relación que hay entre conciencia y valoración de cada estructura; y entre facilidad para seleccionar y guardar datos provenientes de las estructuras valoradas y el hábito de desechar datos de las estructuras desvalorizadas. No existe ninguna estructura inútil ni que sobre, ya lo vimos. Tomaremos dos ejemplos de desvalorización muy comunes en las empresas: la descalificación del Transformador y la del Orientador. La experiencia clínica con los enfermos de Alzheimer nos muestra la extrema gravedad de ésta desvalorización. En efecto, el enfermo olvida datos del Sintetizador y no recuerda cuántos tomates hay en la nevera. Luego olvida datos del Rector y se vuelve confuso en cuanto a normas y a límites, pareciendo más indulgente. Pero ya cuando el proceso es crítico es cuando olvida quién es él, dato del Transformador (identidad) y quienes son los que lo rodean. Al último estadio de deterioro, mortal de necesidad, es cuando olvida que es un ser humano, y es cuando ya no sabe ni ser un ser vivo ni respirar, ambos manifestaciones del Orientador.
El estudio de las seis dimensiones del ser humano, tal y como las vimos, introduce la valoración absoluta de todas y cada una de ellas; y al mismo nivel. Esto termina con el mito, tan extendido en las ciencias gerenciales actuales, de la sobrecalificación del Sintetizador y del Rector como siendo lo único adulto y racional a tomar en cuenta a la hora de las sesudas reuniones de gerencia. Por eso suelen ser éstas tan estériles.

– El Sintetizador archiva: los datos seleccionados son inmediatamente archivados y, para ello, el Sintetizador abre primero tantos archivos como cree necesario. Este paso presupone una clasificación de datos, también tarea del Sintetizador. Es muy importante constatar que, más aún que las demás estructuras, el Sintetizador selecciona, clasifica y archiva datos provenientes de las seis estructuras, sin privilegiar ninguna. Este es el mecanismo que permite el desarrollo de toda la estructura: no se podría hacer una sola ley ni un solo diagnóstico (tarea del Rector) sin disponer de datos, no se puede establecer una sola alianza sin tener memoria de quiénes son queribles o no (Protector), no se puede repartir nada de lo que no se tiene constancia (Vitalizador), no se puede crear nada ex nihilo sin utilizar datos y materiales existentes, conocidos y disponibles, no se puede ver el mañana si olvidamos y no percibimos el hoy. Todo moriría por falta de uso y de memoria sin nuestro Sintetizador.
Los que conocieron a Napoleón cuentan que su genialidad como estadista reposaba justamente en su facultad de archivar, y que su mente era como un gran armario con gavetas donde los temas estaban ordenados, clasificados y archivados. Por eso podía, con gran claridad, dirigir decenas de temas al mismo tiempo y lograr el desarrollo de su programa dirigente.

– El Sintetizador clasifica: y esta labor de clasificación es prodigiosa porque abarca cualquier dato, estímulo, deducción, sensación y emoción provenientes de cualquiera de nuestras estructuras. La clasificación no es forzosamente anterior al archivo de datos. Más bien ocurre al revés: cuando estamos ante estímulos y situaciones nuevas solemos, cuando funcionamos bien, abrir un archivo con un tema común, por ejemplo “experiencia del domingo en el nuevo restaurante chino”, para luego clasificar sabores y olores, por ejemplo, y guardarlos después en el archivo “olores” y “sabores” que nos servirán, en otra experiencia similar, para enriquecer nuestro conocimiento y nuestra sensibilidad culinaria.
Clasificar implica reconocer categorías. Y ese conocimiento, como ya vimos, proviene del Transformador y es recogido por el Sintetizador, cuya principal función es el desarrollo de un trabajo útil. Aquí, cada palabra es relevante: la noción de desarrollo, principal y básica función del Sintetizador, que existe con esa finalidad. La noción de trabajo, porque el desarrollo implica cosas que hacer, trabajar. Sin eso moriríamos en cuanto se detuviera esa función. Ningún órgano, ninguna célula haría nada. No haríamos un solo movimiento, no tendríamos un solo pensamiento. Sería la muerte por inactividad generalizada. Así, para permitirnos vivir e ir a mejor, a más, y así desarrollarnos, el Sintetizador trabaja sin descanso: reconoce datos, es decir, los identifica, los recoge, los analiza, los clasifica, los archiva, y hace mil cosas más como ya veremos, y, todo ello, para que seamos seres pensantes e inteligentes.
Reconocer categorías permite clasificar de manera coherente y práctica, es decir, que facilita la utilización frecuente y versátil del material clasificado. En nuestro cerebro hay millones de clasificaciones y de categorías, todas vivas, que nos permiten recurrir a nuestra memoria y utilizar el material clasificado para nuevos análisis y nuevos desarrollos. Cada ser humano tiene su manera peculiar de clasificar los datos que recoge, porque la clasificación depende de las categorías que, a su vez, dependen del Transformador cuya esencia es el ser real y profundo de cada persona. Y eso nos hace diferentes e incomparables.

– El Sintetizador memoriza: es decir, retiene la información almacenada y la mantiene consciente. El Sintetizador sano tiene una memoria impresionante. Y el gran secreto que descubrimos con el MAT es que, para que eso se produzca, el Sintetizador debe estar alimentado por su energía innata y correspondiente. En efecto, como veremos en el próximo capítulo, la emoción adecuada para que el Sintetizador funcione en todas sus competencias es que esté alimentado por la tristeza auténtica, definida en el MAT como sensibilidad a la pérdida. Dejaremos para el capítulo siguiente el discurso sobre ello, contentándonos con una mera ilustración. Si tenemos la facultad de sentir las pérdidas y entristecernos por ellas, tendremos automáticamente la facultad de recordar un máximo de datos vividos, recogidos y almacenados: para no perder oportunidades, recuerdos, combinaciones posibles y, más elementalmente, datos.
Existen muchas técnicas para memorizar, todas relacionadas con la facultad de hacernos sensibles a la pérdida. Y eso no es casual, es causal.
Por otro lado, sobrecargar la memoria, ya se ha demostrado, es nocivo porque limita la disponibilidad para captar y elaborar datos nuevos, que pueden ser más importantes que la mera acumulación de material excesivo. Cuando funcionamos bien, tenemos sobre todo un buen archivo con facilidad de acceso, más que la facultad de recordar todos los números de teléfono de la guía o anuario. Podríamos hacerlo, en detrimento del ejercitamiento de nuestras demás estructuras de manera armónica, llegando así a un desequilibrio. Nuestro Rector, si funciona bien, nos alertaría enseguida sobre el riesgo de falta de armonía. Además, la función trascendente del Sintetizador quedaría hipotecada pues acumulación no significa claridad, y sí riesgo de confusión.

– El Sintetizador piensa: es decir, formula ideas nuevas que nos pueden ser útiles para solucionar cualquier problema que se nos presente.
Todas las escuelas racionalistas, desde Sócrates hasta Descartes, han identificado la enorme importancia del pensamiento en el ser humano, llegando hasta confundir el pensar (tarea de Sintetizador) con el ser (Transformador) como lo hacía Descartes. En nuestra sociedad occidental se ha desequilibrado la estructura de personalidad a favor del Sintetizador obeso, mientras que en el universo oriental se ha deflacionado el Sintetizador en provecho del Orientador. Ambas posiciones son erróneas, a más de peligrosas, pues llevan al desequilibrio y a la falta de armonía.
Pensar, en un ser equilibrado, debería ser una sexta parte de su actividad. Pensar es adecuado cuando se tiene un problema para resolver, cuando se tiene una oportunidad de desarrollar algo vivo y bueno, cuando se ha perdido algo y se busca una opción nueva para remplazarlo y cuando estamos bien y decidimos estar mejor. Nada más. Pensar por pensar y así torturarse cerebralmente, agotando nuestra mente, es malo. Pensar a la hora de crear también lo es, pensar en vez de sentir sensaciones y emociones es malísimo, pensar en vez de poner límites y así dar más opción a que nos invadan y destruyan también lo es, y pensar en vez de amar y entregarse es desolador.
Por estar viviendo y trabajando en una sociedad racionalista donde el pensamiento ya es manía casi excluyente, introducimos una verdadera revolución en nuestro trabajo como consultores y como formadores, no sólo en materia de impedir que las demás estructuras, todas, no estén presentes en cada ocasión en nuestros estudiantes y clientes, sino sobre todo en materia de adecuada utilización del Sintetizador para pensar bien. Pues, como ya veremos, el Sintetizador se suele utilizar en el medio laboral con demasiada frecuencia, es decir remplazando las estructuras a las que corresponde trabajar, y, cuando se debe utilizar el Sintetizador, no se utiliza o se utiliza mal, pues no se erradican las causas del problema, que es, para nosotros, el criterio de una persona inteligente.
Tomaremos dos ejemplos, uno para ilustrar cada caso mencionado: un ejecutivo acaba de ser expulsado de la organización porque no le cae bien a su jefe. Entonces se deprime y piensa en cómo congraciarse con él o en cómo no volver a mostrar que es más creativo que su jefe para no volver a ser envidiado y expulsado en su próximo trabajo. Es un mal procedimiento. Debería sentir rabia por la injusticia y alegría de no estar más en un medio hostil para con su creatividad. Y ponerse a buscar otras opciones de trabajo con gente que no sea envidiosa o, mejor, con gente que sepa valorar lo grande, es decir que utilice bien su Transformador. Así, nuestro ejecutivo ganaría y se desarrollaría en vez de condenarse a perder.
El otro caso lo tenemos en otro ejecutivo que llega tarde al aeropuerto y se encuentra con que perdió el avión. Este se pondrá rabioso y culpará una serie de elementos (como el despertador o el tráfico) y de personas (el empleado que le comunica que el avión ya salió) o a sí mismo (por lo idiota que fue al llegar tarde, aunque haya sido porque se le pinchó una rueda). Mala opción, pues no trae soluciones ni desarrollo a su problema. Esta es la ocasión de usar el Sintetizador para buscar otras opciones con que compensar la pérdida. Esos ejemplos traducen situaciones muy frecuentes en las personas.

– El Sintetizador relaciona: de manera prodigiosa, como ningún computador será nunca capaz de hacer. Relaciona sensaciones e ideas, sentimientos e intuiciones, conclusiones e imaginaciones, es decir, todos los datos aportados por cualquiera de nuestras seis estructuras. El Sintetizador relaciona elementos compatibles y, al contacto con el Transformador, relaciona elementos incompatibles hasta ahora, para ser creador. Cuando se va desensibilizando al miedo de relacionar cosas aparentemente alejadas, se vuelve más audaz, más ocurrente, más inteligente y claro.
El prodigio de nuestro Sintetizador es que es capaz de relacionar peras con manzanas, una sensación táctil con un olor, una emoción con un dato cifrado, un diagnóstico con una intuición, todo ello y cien cosas más, y dar un resultado inteligente, es decir congruente y coherente.
Por ejemplo, relacionamos el paro con el miedo y el subdesarrollo. Es una relación inteligente. Pero hay mil relaciones más. Todas inteligentes. Se puede relacionar con tiempo libre, con creación de un nuevo modelo de sociedad, con dedicación a los hijos, con cambio de empleo más acorde a nuestra real situación o nivel de crecimiento, con hambre, con vergüenza ajena, con mil cosas.
La facultad de relacionar posibilita el aprendizaje tanto de nuestras conductas positivas como de nuestras conductas negativas. En efecto, si cuando damos un abrazo a un amigo recibimos un airado rechazo, y esa respuesta se produce una y otra vez, dejaremos de abrazar a nuestro amigo. Lo malo será extender esa respuesta y no abrazar a nadie.
La facultad de relacionar ha permitido a la lógica formular el principio de causalidad, según el cual una causa produce un efecto. En el ejemplo anterior, si en vez de un amigo adulto cuando ya lo somos también se trata de papá y de mamá cuando somos muy pequeños, podremos decidir que abrazar trae efectos perniciosos y dejar de ser espontáneos y afectuosos para siempre.

– El Sintetizador percibe las pérdidas y los incrementos, así como las variaciones por más pequeñas que sean. Y esta facultad es la que le da su real utilidad en nuestra estructura. El Sintetizador es nuestro gran matemático personal. Es nuestra calculadora personal. Lo mide todo. Por ello, capta de manera muy intensa y aguda cualquier variación. Al decir variación no hablamos de cambio, materia del Orientador. Variación significa la misma cosa en medidas diferentes.
Por ejemplo, tenemos menos dinero que el mes pasado a la misma altura del mes. Eso es un desbalance, una pérdida. Nuestro Sintetizador se pondrá en marcha y analizará la situación hasta detectar las causas objetivas de tal pérdida. A partir de allí encontrará opciones y soluciones, erradicando las causas.
Todos los aparatos de medición que posee el ser humano han sido inventados por nuestro Transformador para imitar la capacidad de nuestro Sintetizador; así como el computador es el ejemplo más moderno y avanzado para imitar la facultad de nuestro Sintetizador de trabajar, almacenar, relacionar, archivar y medir. En la labor de medir daremos, como ejemplo, el tamaño de las letras y los espaciados que elegimos para escribir un texto.
En lo que se refiere a lo bueno, el Sintetizador mide las pérdidas y busca soluciones de reemplazo, y mide las ganancias o incrementos y tiene la satisfacción del desarrollo. En lo malo, el Sintetizador procede al revés: por ejemplo si nos medimos la temperatura y nos encontramos 40º de fiebre tendremos un problema que se trata de resolver y si, al día siguiente tenemos sólo 38º, ya habrá más desarrollo de nuestra salud.

– El Sintetizador procesa: para llegar a una idea, el Sintetizador relaciona y procesa todos los datos disponibles relacionados con cualquier problema. Procesar significa tener un programa y programarse para llegar a una solución o a un resultado deseable. Por ejemplo: queremos ir al cine: recogemos datos leyendo la cartelera y procesamos datos, los recogidos y los archivados sobre las películas que ya vimos, sobre nuestros gustos e intereses, mezclamos todos esos datos de manera dirigida a la elección de la película y llegamos a una elección. Por ejemplo, podemos ver nuestro propósito destruido si dejamos de procesar los horarios de la película y nos presentamos frente a la taquilla cuando ya está cerrada.
Cuando no encontramos soluciones satisfactorias, las más veces es porque dejamos de procesar datos que tenemos archivados. En el ejemplo anterior del niño que decide dejar de abrazar, si abriéramos su archivo de datos encontraríamos muchas ocasiones, anteriores y posteriores a la decisión, donde el niño pudo abrazar o ver a otros niños hacerlo, con entera satisfacción. Si ese niño va más tarde en su vida al psicólogo, éste le hará recordar esas experiencias y provocar otras, satisfactorias, para que las procese y llegue a tomar una decisión más saludable.
En el tercer capítulo, cuando veamos las tipologías de personalidad, nos encontraremos con que, según el perfil que tengamos, dejamos de procesar una infinidad de datos que, de ser procesados, nos harían recobrar nuestra plenitud. Y, así, todos nos acostumbramos, para mantener nuestra prisión tipológica, a sobrevalorar ciertos datos y sus estructuras correspondientes, procesándolos todos, y a desvalorizar otros, con sus correspondientes estructuras, dejando de procesarlos. Por ello, el resultado es falso, tramposo y empobrecido.

– El Sintetizador conecta, es decir, establece conexiones de todo tipo entre todos los datos disponibles. Por ejemplo, en el tercer capítulo, veremos que se adquiere una tipología de personalidad al desconectar la emoción adecuada de nuestra estructura más fuerte y talentosa, remplazándola por falsa rabia. Así, un niño que tiene un Rector muy potente, decide, por razones muy poderosas que analizaremos más tarde, desconectar el miedo de su Rector. Con ello, deja de funcionar, y, cada vez que ese niño se encuentre en una situación donde necesite diagnosticar amenazas o poner límites dejará su sistema abierto a la invasión. Con ello se volverá incauto y confiará en los peores y más tóxicos. Para volver a conquistar su talento de infancia ese niño, por lo general ya adulto, volverá a conectar el miedo a su Rector y será un talento en detectar amenazas y en defenderse.
El Sintetizador conecta todos los elementos conectables de nuestra estructura. Por ejemplo, para que un trabajo de equipo se pueda dar en nosotros, el Sintetizador conecta cada estructura con todas las demás, para que se relacionen, comuniquen y trabajen juntas. Este trabajo que hace hacia fuera, entre las estructuras y entre cualquier elemento importante o necesario, lo hace también hacia adentro, al conectar con un dato aparentemente olvidado, necesario para ser procesado, y fundamental para detectar una opción más conveniente para nosotros.

– El Sintetizador desarrolla y ésta es su principal función. En efecto, buscar cómo producir más y mejor de lo mismo significa desarrollar. Por ejemplo, producir más objetos para desarrollar la producción de bicicletas en una fábrica, es tarea fundamental del Sintetizador.
En el ámbito corporal, cuando nos crece el pelo o las uñas, es que el Sintetizador está trabajando. Cuando desarrollamos un programa de acción, con asignación de tiempos y de responsables, es el Sintetizador al que ponemos en marcha para lograrlo.
En nuestra evolución, es necesario el trabajo en equipo entre el Sintetizador que desarrolla, el Transformador que crea otra cosa que antes no existía y el Orientador que produce cambios entre un estado y otro, diferente y sin relación. Por ejemplo, en la creación de una empresa el cambio interviene cuando los futuros socios, que antes no se conocían, se encuentran y se relacionan. El desarrollo se produce cuando la comunicación entre ellos va creciendo y abordan sus sueños y sus proyectos. La transformación se produce cuando logran crear un proyecto nuevo de empresa que logre dar cuenta de una realidad que desean crear. El acuerdo para hacerlo dependerá del Protector. Y el desarrollar cada uno de los socios su programa de trabajo para convertir un mero proyecto en realidad será tarea del Sintetizador. El formar equipo y trabajar todos juntos para lograr desarrollar los medios, los productos, las acciones y los resultados será igualmente función del Sintetizador.

– El Sintetizador detecta aciertos y errores: aprueba los primeros y corrige los segundos. Así, el Sintetizador tiene como función la verificación de la fiabilidad de los datos con los cuales vamos a trabajar. Si pensamos que dos y dos son cinco, el Sintetizador detectará un error en el resultado y buscará la solución justa en la memoria o usando algún instrumento de cálculo como contar con los dedos por ejemplo, o usar una calculadora.
Es importante diferenciar un error de una mentira. El Sintetizador no detecta ni diferencia las mentiras sino los errores. Por ejemplo, si debemos agrupar ovejas blancas y negras en dos tropeles distintos, si se nos cuela una oveja negra en un tropel de blancas, será un error y el Sintetizador lo detectará y lo corregirá, apartando y reconduciendo a la oveja negra a su grupo. Si lo que ocurre es que alguien pintó una oveja blanca de negro, la detección de esa trampa o mentira será función del Vitalizador. El Sintetizador podrá detectar la impostura de manera más detallista y lenta, observando que cuando llueve la oveja negra pierde su color, o analizando que las pesuñas tienen pelo blanco, es decir de manera más experimental y deductiva.

– El Sintetizador calcula sumando, restando, multiplicando y dividiendo. Estas habilidades están, en efecto, incluidas en la función de desarrollo, es decir obtención de más o menos de lo mismo. Y la función de sumar, multiplicar, restar y dividir se hace entre objetos o sujetos de categorías similares. No se puede dividir tres manzanas por una pera, ni multiplicar cuatro barcos por seis submarinos. Ese tipo de procesos los hace el Transformador, no el Sintetizador.

– El Sintetizador percibe lo muerto y lo inútil, y lo no actualizado. Esta es una función esencial del Sintetizador para mantenerse actualizado y eficaz. La percepción de lo dañado, para buscar qué hacer para repararlo, es una función muy fundamental. Igualmente la percepción de lo muerto, de lo que ya no sirve, para que el Vitalizador lo saque del sistema y conservar a éste vivo y sano, para que no sea contaminado y por ende dañado por el objeto o sujeto muerto que se podría descomponer y pudrir el todo.
Si tenemos por ejemplo un instrumental de carpintería que nuestro Sintetizador necesitará para reparar muebles y en ese conjunto hay dos martillos de los cuales uno roto y dos docenas de clavos de los cuales tres torcidos y sin punta así como una lima dañada, el Sintetizador deducirá que el martillo roto y los tres clavos no se deben tomar en cuenta para calcular nuestra capacidad de trabajo. El Vitalizador las eliminará del set de carpintería, que estará así más útil y eficaz. El Sintetizador decidirá repara la lima dañada.
– El Sintetizador encuentra opciones: Como resultado de su capacidad de programar y de procesar, el Sintetizador encontrará resultados que analizará a su vez y comparará para seleccionar la mejor opción para cada momento. Muchas veces se ha definido la inteligencia, función de nuestro Sintetizador, como la capacidad de encontrar soluciones a los problemas. Y esas soluciones están entre las opciones válidas y fundamentadas de las cuales tratamos ahora.
Por ejemplo, tenemos dos horas libres: nuestro Sintetizador procesará todos los datos de toda nuestra estructura de personalidad y propondrá opciones varias y complejas a nuestra consideración. Como dormir un rato, tomar un baño, ir a cortarnos el cabello, ir al cine, leer un libro. Entre todas esas opciones, y las más veces combinándolas, nos decidiremos por la mejor opción, la que nos desarrolle mejor eliminando al máximo las pérdidas.

– El Sintetizador encuentra soluciones: la solución difiere de la opción porque la primera, si es verdaderamente una solución y no una opción, elimina la causa del problema que originó el recurrir al Sintetizador. Por ejemplo, si tenemos fiebre, una opción sería tomar un baño fresco o una aspirina para bajar la temperatura. Una solución aceptable sería ir al médico y hacernos análisis y tomar el tratamiento para eliminar la causa de la fiebre. Una solución MAT sería tomar contacto con la rabia que hemos transformado en falso miedo y enfrentar las causas de rabia, erradicándolas. Esta solución elimina un problema estructural que, en este caso, paraliza el Vitalizador y, con él, sus funciones, recuperando así la vitalidad, la justicia y la salud.
Asimismo, si un empleado no tiene un buen desempeño, una opción sería hablar con él y obtener el compromiso suyo de mejorar. Una solución sería analizar su desempeño y detectar la causa de los fallos y erradicarla. Como lo podría ser inscribirlo en un curso de manejo del ordenador, si la causa que se detectó fue la ignorancia del manejo de ese instrumento.
– El Sintetizador compara opciones y soluciones: La tarea de comparar es esencial en la función de conocer, finalidad principal del Sintetizador. Tener un máximo de puntos de comparación y compararlos es fundamental para que esta estructura desarrolle su conocimiento y lo ensanche. Esta tarea forma parte del proceso de conocimiento y pasa a conformar nuestra experiencia del mundo, también tarea del Sintetizador.
El ideal del Sintetizador, cuando procede a esa tarea, es la de lograr determinar y seleccionar aquellas opciones y soluciones que producen el máximo de efecto positivo con el mínimo de recursos posibles. Esto nos permite ser eficaces. Obtenemos así un máximo de ganancias con un mínimo de esfuerzo y de dolor.

– El Sintetizador encuentra, para cada problema, la mejor solución: y, además ese proceso de actualización y de mejora no acaba nunca, porque nuestro Sintetizador sabe que jamás se llega a la perfección sino a lo perfectible. Y en ese proceso de buscar la excelencia, el mayor conocimiento y el mayor desarrollo, el Sintetizador busca apersigue mejorar desde el preciso momento en que selecciona la mejor solución u opción. Para el Sintetizador inteligente nada es definitivo mientras esté vivo. La mejora es desarrollo; y es continua.

– El Sintetizador compara y actualiza datos y soluciones: al completarlos y corregirlos se llega a actualizar de manera continua tanto los datos como las opciones y soluciones. Una vez actualizados, se procede una vez más a compararlos para realizar, cuanto menos, dos cosas: optar por lo más eficaz y conveniente en cada caso o encontrar otra opción o solución que sea consecuencia de la comparación. Por ejemplo, si en una familia siempre se hizo algo de una misma manera y eso por tradición y por ser eficaz, el Sintetizador ha estado comparando durante ese largo tiempo y no encontró necesario ni útil cambiar. Pero en algún momento, en su tarea de comparar, encontrará otra forma de hacer lo mismo más eficaz y rica. Entonces actualizará sus datos y seleccionará como opción o solución, una forma de hacer distinta y más rentable, útil y moderna.

– El Sintetizador ofrece opciones nuevas, acordes con cada situación precisamente porque es capaz de percibir las pérdidas. En efecto, una opción puede ser la mejor mientras permita el mantenimiento y preservación de algo valioso y no signifique ni acarree pérdidas. Si se detecta otra opción que permita desarrollar más y perder menos, esa nueva opción será la que el Sintetizador seleccionará. Por ejemplo, cuando se escribía en máquina de escribir manual no se podían introducir correcciones importantes ni desplazamientos de textos, ni copias salvo una o dos con papel carbón. Usar esa máquina era la mejor opción para el trabajo diario y requería una gran maestría en ortografía y en manejo del teclado. Cuando surgieron los ordenadores personales, nuestro Sintetizador empezó a comparar y detectar todo lo que se podía perder al continuar con la vieja máquina. Hoy no queda casi nadie en nuestro entorno que las siga usando. Se convirtieron en un anacronismo.

– El Sintetizador comunica: Esta es la segunda función más importante del Sintetizador: después de pensar de manera inteligente para encontrar soluciones a todos los problemas –pues para un Sintetizador que funciona bien no hay problema sin solución-, el Sintetizador es, en toda nuestra estructura, el auténtico y definitivo responsable de la comunicación.
En efecto, cuando ya se hizo el trabajo de pensar, de encontrar el qué hacer, decir, deducir, proponer, llega el tiempo de comunicar a los demás ese qué para tener acuerdos mínimos sobre el qué hacer. Juntos. La noción de trabajo es un concepto del Sintetizador. La noción de equipo también. Y la única manera de poder trabajar juntos es comunicar al otro o a los otros lo que hay que hacer, pensar, tener, etc.
La comunicación gestual, escrita y hablada es una competencia del Sintetizador. Nosotros, en nuestra labor docente y consultora enseñamos cómo y para qué se puede comunicar, a través de toda la estructura propia, hacia toda la estructura de los demás a través del Sintetizador que concluye sobre el qué decir y desde qué estructura o canal desarrollar su comunicación. Por ejemplo, si queremos comunicar que el plan estratégico que tenemos en una empresa no está bien orientado y se debería cambiar por este otro, mejor orientado a las oportunidades y necesidades del mercado, nuestro Sintetizador elegirá comenzar usando el canal Sintetizador –Sintetizador y dará datos e información objetiva que desvelará los errores del viejo plan. Luego elegirá el canal Transformador –Transformador para presentar una nueva creación que cubra las necesidades y oportunidades vislumbradas con el Orientador. Luego irá al canal Vitalizador- Vitalizador para que se rechace lo que ya no sirve y terminará eligiendo el canal Protector- Protector para crear consenso y compromiso sobre el nuevo plan. Esas elecciones de las mejores y más válidas opciones para hacer pasar ideas de una estructura a otra (ya sea propia o ajena) son habilidades del Sintetizador que hace el balance de lo disponible, conecta las diferentes opciones, las procesa y las compara sobre la base de la eficacia y utilidad, y elige la mejor y más desarrolladora opción.
No existe en nuestra estructura nada mejor y más autorizado para comunicar que el Sintetizador que posee todos los datos de todas las estructuras y es capaz de mezclarlos, procesarlos, mejorarlos, disponerlos en múltiples formas, analizarlos, buscar nuevas formas de combinarlos, mezclarlos, seleccionarlos, y tener acceso a toda la estructura para recoger más datos y proponer mejores opciones. Porque nuestro Sintetizador es nuestra capacidad de inteligencia, de economía y de desarrollo.

– El Sintetizador negocia (ganar- ganar): la negociación es una forma superior de comunicación puesto que se ocupa de lograr acuerdos y consenso de posiciones contrarias y las más veces enfrentadas. Y, un Sintetizador que funciona bien persigue el desarrollo sostenible y sostenido. No trata de trampear ni de manipular, ni de imponer relaciones de poder. Parte, como en todo su enfoque, de la creencia en que todo problema tiene una solución desarrolladora e inteligente y busca puntos de acuerdo entre las partes que permitan a ambas ganar y desarrollarse y tener más que antes de todo lo analizado y planteado. Esto es una negociación eficaz y no un juego de gato y de ratón donde el más tramposo, el más intimidante o el más provisionalmente poderoso impone su punto de vista sobre los demás. Ese tipo de negociación no está coordinada ni dirigida por el Sintetizador, sino por un Transformador manipulador, un Orientador invasor y un Rector castrador.

– El Sintetizador se manifiesta mediante conclusiones, análisis, síntesis, y comunicaciones.
Es la estructura que más tiende a la objetividad y a lo racional e inteligente. Se manifiesta básicamente mediante datos objetivos y contrastables. No por ello debemos concluir que las demás estructuras son subjetivas porque contemplan y trabajan con emociones, mientras que el Sintetizador es objetivo porque no trabaja con emociones. Esa conclusión sería errónea. El Sintetizador, como ya veremos, trabaja con una emoción especializada en la racionalidad y en el desarrollo. Esa emoción es la tristeza, ya lo veremos ampliamente en el próximo capítulo. Por el momento, recordemos solamente que la tristeza es la única emoción que nos permite percibir y sentir las pérdidas y aspirar a encontrar opciones y soluciones para remplazar esas pérdidas por un nuevo desarrollo y bienestar. Y que la inteligencia está en obtener más de lo que, en cada momento, se pierde.

El nombre que le pusimos en el MAT, el Sintetizador, corresponde a su función de conservar y procesar todos los datos disponibles para obtener resultados inteligentes. Y de todos los procesos mentales, el ser capaz, tras un buen análisis, de establecer una síntesis, es el proceso racional más difícil y complicado. En efecto, de poco nos sirve hacer doctos y sólidos análisis si después no somos capaces de establecer una síntesis. La síntesis, luego, será recogida por el Protector para crear conceptos. Será igualmente recogida por el Transformador para crear categorías. Será procesada por el Orientador para desvelar verdades nuevas y caminos inexplorados. Sin la síntesis, nada de eso sería posible. Si lo ilustramos, el análisis nos daría los qués y la síntesis nos daría el qué definitivo y total. Esa es la diferencia entre la laboriosidad o el trabajo meritorio y la inteligencia clara y brillante, función real del Sintetizador. Por ejemplo, en este capitulo estamos haciendo una presentación, un análisis y una síntesis de nuestra estructura universal de personalidad en sus seis dimensiones. Presentamos el qué tenemos, todos, para poder vivir como un humano.
En el diagrama, página 122, el Sintetizador es representado por un círculo entre los dos triángulos del Socializador y del Conectador. En el dibujo de la estructura integrada, el Sintetizador es representado por el mismo círculo, pero que encierra los dos triángulos que, simplemente, se introducen en el círculo del Sintetizador. La idea de representarlo por un círculo corresponde y se ajusta a su función de archivar, ordenar, procesar todos los datos disponibles provenientes de las seis estructuras. Mientras que el Socializador se representa como un triángulo en equilibrio sobre su punta como ilustrando el anhelo de conciliar y equilibrar orden y colaboración solidaria. En cuanto al triángulo del Conectador, el triángulo que reposa sobre su base sugiere la conexión con la realidad tripartita: dos de ellas que se pueden percibir en contacto con el mundo visible (el Vitalizador y el Transformador apoyados sobre su base en la realidad aparente) y uno elevado y sin contacto con la materia visible (el Orientador colocado de manera suspendida con respecto a la base). Esto en cuanto a intención de representación de una realidad que no se puede transmitir en una simple figura geométrica, sino como aproximación de intención didáctica.

Cuando funciona bien, el Sintetizador es completo, sextidimensional en cuanto a datos, conclusiones, interrogantes. Es ágil, versátil, hábil, claro, reflexivo, informado, actualizado, ecuánime, objetivo y sintético.
Es ágil porque tiene toda la información imaginable, archivada y ordenada, con todas las posibilidades de conexiones y combinaciones posibles.
Es versátil justamente porque la información se puede procesar sin censuras en todas las formas y combinaciones posibles, con lo cual las posibilidades de opciones y soluciones son ilimitadas.
Es hábil porque está súper informado y posee la destreza de aprovechar todas las oportunidades aparentes y también inéditas.
Es claro porque sabe seleccionar la información relevante y procesarla de manera metódica, sincera y honesta, lo que impide cualquier confusión u opacidad.
Es reflexivo porque no se contenta con un solo enfoque o análisis de los problemas, y, además, huye de los tópicos porque sabe que corresponden a cosas muertas que él detecta, buscando siempre el enfoque más actual y desarrollador. Además está permanentemente actualizando cualquiera de sus resultados.
Es ecuánime porque trabaja objetivamente, valorando cualquier potencial de desarrollo, sin pasión. Con ello encuentra siempre algo aprovechable, veraz, útil y auténtico, allí donde otras estructuras tiran la toalla y renuncian o desechan.
Es sintético porque inteligente y por ende esencial y escueto. Va al grano, sin rodeos, concentrándose en lo esencial. Además, una de sus fortalezas es detectar cualquier posible pérdida, y la gestión del tiempo entra precisamente en la materia de su especialidad, con lo cual, evita e impide perder tiempo en cosas y datos accesorios, estériles o contaminantes. Solo valora lo que fomenta lo vivo.
Cuando el Sintetizador funciona bien tiene, fundamentalmente, tres funciones:
– El desarrollo de la inteligencia que se manifiesta de manera analítica, sintética y clara y que resuelve cualquier problema que se le presenta.
– El control y gestión del tiempo. Esta materia cubre un enorme repertorio cuyo desarrollo merecería todo un libro. Lo sintetizaremos refiriéndonos a la habilidad de invertir el tiempo en actividades que desarrollen oportunidades para cada una de nuestras seis estructuras y que eviten pérdidas y deterioros en el campo de dichas estructuras. Es una enorme materia que enseñamos en nuestros seminarios.
La comunicación total, garante del desarrollo, que incluye los signos gestuales, verbales y físicos de reconocimiento e incentivación de cada estructura, hacia sí mismo y hacia los demás. Además de esta materia, incluye, en la metodología MAT, el manejo de los canales tipológicos de comunicación, venta y negociación. Esta última enseñanza garantiza triplicar la eficacia de la comunicación.
El campo de actuación del Sintetizador será objeto de un próximo libro. Por ahora existe uno: “El MAT, ciencia del Dirigente del siglo XXI”, escrito por nosotros en 1989 y disponible enviando un mail a: contacta@mat21.netadalverny@e-colmado.com. Y.

Cuando funciona mal, el Sintetizador es confuso, necrófilo, espeso, sombrío y pesimista.
– Es confuso: la memoria no funciona bien y olvida, o mezcla datos irrelevantes que introduce en el Procesador como teniendo una jerarquía e importancia relevantes. Con lo cual el resultado es tópico y lamentable, caracterizándose por lo banal de su resultado.
– Es necrófilo: se niega a deshacerse de datos falsos, muertos y trasnochados y los procesa con carácter prioritario con respecto a los nuevos y vivos. Presenta en sus resultados un mundo de muerte que privilegia y ama lo muerto.
– Es espeso: su cadencia es lenta a más de confusa. Mezcla churras con merinas y parece el pensamiento de un deficiente mental.
– Es sombrío: confunde la seriedad y la fiabilidad con ser siniestro y pesimista. En vez de encontrar soluciones, trae problemas.

El Sintetizador puede, como cualquier estructura, fallar por exceso o por defecto. Por exceso, hay una recarga excesiva de datos mal jerarquizados y archivados que invaden el procesador a la hora de encontrar soluciones y opciones. Con lo cual, el discurso de una persona en estas condiciones es penoso por su pesadez, por lo interminable de sus exposiciones, por los paréntesis que abre en cada desarrollo de su intervención, paréntesis repletos de muletillas como “obviamente” ( seguido de confusos desarrollos y datos), “perfectamente” (seguido de imperfectas y excesivas puntualizaciones que hacen perder el hilo de lo esencial), “naturalmente” ( seguido de datos falsos o trasnochados que han perdido vigencia y actualidad).
En cuanto a la gestión del tiempo de un Sintetizador así, se caracteriza por la acumulación de cosas irrelevantes y rutinarias que comen todo el tiempo e impiden la creación y la apertura natural hacia el Vitalizador, que rechaza y borra todo lo falso, muerto e inútil, y hacia el Transformador, que permite crear y crecer. Queda un ser abrumado, derrotado y estéril que teme ser, mostrarse, crear y crecer. Un ser triste y deprimente.
Cuando el Sintetizador falla por defecto, el pensamiento es pobre y débil y la persona se caracteriza por mariposear sin fijarse ni consolidarse, de flor en flor, como un infante irresponsable sobre el cual no se puede contar como adulto. Es superficial y picaflor. Prefiere la seducción a la venta y la manipulación a la negociación.

¿En qué campos se manifiesta el Sintetizador?
El Sintetizador se manifiesta en todos los campos de la estructura humana, tal y como lo hacen las demás estructuras:
En su propio campo: a través de recuerdos, pensamientos, soluciones, opciones, comunicación, negociación y venta, y, sobre todo, solución de problemas.
En el campo del Rector: los ejemplos son innumerables. El ordenamiento de los artículos de una ley, por ejemplo, evidencia la intervención del Sintetizador en materia rectora. La realización de una valla de separación entre parcelas colindantes, y toda realización de trabajo que posibilite ejecutar las intenciones de separar, regir, regentar, normatizar, son intervenciones del Sintetizador. En un ejército, por ejemplo, el orden de las filas y la coordinación de los soldados desfilando en orden a paso militar impecable es presencia e intervención del Sintetizador. En general, todo trabajo, proyecto y ejecución necesitan prioritariamente al Sintetizador.
En el campo del Protector: también abundan los ejemplos. Nos limitaremos a la comunicación, que implica preocupación y atención para con el otro, sin lo cual nunca nadie se comunicaría. O cuando se decide hacer un regalo: hay que trabajar encargándolo, comprándolo, envolviéndolo, trasportándolo, entregándolo.
En el campo del Vitalizador: todo el material de desecho que el Vitalizador tiene que descartar proviene, por lo general, del Sintetizador. Además mencionaremos todo lo que represente un trabajo en el dominio de los movimientos, de la gimnasia, de la marcha. Millones de ejemplos. Pues el Sintetizador, de entre todas las estructuras, es la que trabaja.
En el campo del Transformador: No habría ningún funcionamiento posible del Transformador si el material que va a usar para realizar sus combinaciones y creaciones no estuviera ordenado y clasificado en el Sintetizador. Además tras cualquier creación, o más bien idea de creación, viene el momento del análisis de factibilidad, validez, sensatez del proyecto. Luego llega el trabajo de realizar la obra.
En el campo del Orientador: en el campo donde menos se sospecharía la intervención del Sintetizador es casi donde más constante se presenta. Pensemos en manera conocidas de contactar con la trascendencia: técnicas de meditación, técnicas de viajes astrales, técnicas de interpretación de sueños, todas necesitan un trabajo, un proceso, unas técnicas. Eso como punto de partida para lograr acceder a ese mundo irracional e inconsciente. Una vez en contacto, hay una constante intervención del Sintetizador en la selección de canales traducibles e interpretables por la razón. Por ejemplo, si el mismísimo Dios nos habla, lo oiremos por el canal de nuestro idioma o de algún idioma que entendamos. Eso es intervención del Sintetizador. Y después de la revelación de algún portento o verdad desconocida hasta ahora, intervendrá el Sintetizador para discriminar, con su análisis, si lo que descubrimos es factible y posible o debe ser archivado (por el Sintetizador, naturalmente) o si se trata de un delirio o una alucinación.

Manifestaciones del Sintetizador en arte y en religión:
– En arquitectura: todo el estilo barroco es una manifestación del Sintetizador en arte en general. El estilo modernista también lo es.
– En literatura: además de la mayoría de ensayos y de muchos filósofos como Nietzsche, citemos a Thomas Mann y a Proust como insignes exponentes del Sintetizador.
– En música: Bach, Vivaldi, Monteverdi, Handel son máximos exponentes del Sintetizador en música. También lo son Mussorgski y Shostakovich. En música popular, citemos la raspa y el cha-cha-cha.
– En pintura: Poussin, Rubens, Cezanne, son sólo algunos de los excelsos maestros del Sintetizador en arte plástico.
– En religión: Zoroastro es el maestro más alto en la expresión del Sintetizador en religión. También podemos mencionar la Masonería, aunque no es exactamente una religión.

En el cuerpo, los órganos regidos directamente por el Sintetizador son el sistema linfático, los oídos, el cerebro (muy particularmente el izquierdo) y la glándula tiroides.

El Esplendor de lo Humano - Preciada Azancot

El Esplendor de lo Humano – Preciada Azancot

Extracto del libro «EL ESPLENDOR DE LO HUMANO»,  de Preciada Azancot
©Preciada Azancot